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- Procesando el duelo. -

Lunes 08 de Mayo de 2017. PUBLICADO POR Sergio Soto Medina

Recuerdo haber escuchado un cuento traído de oriente en el que una mujer acude a Buda para que de devolviera la vida a su hijo pequeño, fallecido horas antes. El Buda le dijo que fuera a la ciudad y pidiese en alguna casa un puñado de semillas de lino, la única condición era que las semillas tendrían que ser de alguna familia en la que no hubiese habido ninguna pérdida. La mujer se fue contenta pensando que el Buda haría algo por la vida de su hijo, pero después de mucho buscar, nadie le pudo dar semillas porque no encontró ni una sola familia en la que no hubiese fallecido ninguno de sus miembros.

La moraleja de este cuento es tan sencilla como profunda y difícil de aprehender; la muerte, y el sufrimiento que ésta acarrea, están ahí, son una realidad manifiesta. Es más que probable que todas las personas que estén leyendo estas palabras, (incluido yo, que las escribo) hayamos sufrido de cerca una pérdida que haya hecho tambalear nuestras vidas, una pérdida que nos arrastra al inevitable dolor de la ausencia, al dolor de las conversaciones pendientes, de los momentos que ya no vendrán y de los vacíos que ya nadie llenará. A la pena  que surge cuando sientes que la vida se te ha roto, que la carga es muy pesada y  que las cosas pierden sentido. También suele aparecer el dolor de la incomprensión por parte de las personas que nos rodean, las cuales nos aconsejan con frases hechas que en el fondo exigen una pronta y eficaz recuperación y dejan ver que no quieren entrar mucho en nuestro dolor, más que nada, por temor al arrastre.

Imagen noticia

Si has tenido una pérdida y sientes que no eres comprendido ni escuchado, si sientes que necesitas contar tu experiencia en un entorno seguro, donde no vas a ser juzgado, ni aconsejado, te invito a participar en este grupo de terapia en el que podrás compartir tu experiencia de duelo con otras personas que están pasando por una situación similar a la tuya, y de las que te podrás enriquecer al escuchar sus experiencias. Es bueno  hablar del dolor que siente uno cuando se queda sólo, es necesario darle un canal de expresión y compartirlo con los demás porque de esta manera, podremos comprender qué nos está pasando y empezaremos a darle significado. Y al otorgar significados a lo que nos ocurre, aligeramos nuestra carga y allanamos nuestro camino.

Tengo mucha ilusión en crear este grupo porque estoy convencido de que puede ayudar a mitigar el sufrimiento de algunas personas y eso me motiva para hacerlo realidad.  Intentaré crear un clima basado en el respeto al sentir y pensar del otro, basado en la comprensión más que en el juicio y en el que los aprendizajes vendrán de la propia experiencia de cada uno.

Un abrazo afectuoso.

Sergio.