La Acupuntura consiste en la inserción casi indolora de finísimas agujas, en puntos específicos sobre la piel, a fin de equilibrar la energía en los meridianos, y en sus órganos correspondientes, hasta restablecer la salud, o aliviar el dolor.
La Organización Mundial de la Salud da reconocimiento a la acupuntura como método eficaz para tratar decenas de enfermedades o dolencias. La UNESCO la ha declarado parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La filosofía oriental considera al ser humano como un todo interrelacionado. El QI o energía vital circula por canales o meridianos llamados King (algo similar o paralelo a los trayectos del sistema nervioso o sanguíneo, como ejemplo). A lo largo del recorrido de estos meridianos se sitúan los 361 puntos principales de acupuntura.
El tratamiento con acupuntura se practica durante un número variable de sesiones.
Tres a seis por término medio, según la patología del paciente, que se reparten en varios días a la semana. Se insertan en la piel entre cuatro y diez o más agujas que permanecen en el punto de inserción alrededor de treinta minutos. Las agujas pueden ser estimuladas manualmente o eléctricamente por el acupuntor.
Indicaciones:
En Occidente, tal y como se entiende esta técnica terapéutica se aplica sobre todo en enfermedades de curso agudo o crónico que no representan amenaza vital para los individuos. Así se utiliza fundamentalmente en el tratamiento del dolor de muy diverso origen como en artritis, artrosis, lumbociática, tortícolis, cervicalgias, lesiones deportivas, cefaleas. También en cuadros funcionales como cefaleas, ansiedad, desabituación de drogas, depresión, secuelas de parálisis, asma, rinitis, etc..