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- Metas y propósitos -

Lunes 16 de Enero de 2017. PUBLICADO POR Sergio Soto Medina

¿Qué tendrán las navidades y la entrada de un nuevo año, que a todos nos gusta plantearnos nuevos y bienintencionados propósitos?

Aunque el tiempo sea un concepto difícil de aprehender, ya que el pasado y el futuro sólo existen como ideas en nuestra mente, y lo único que podemos percibir es el presente más inmediato, nuestra mente nos incita a mirar al futuro para prever el camino por el que previsiblemente andaremos. Y hasta parece funcional el hecho de planear y adelantar acontecimientos, lo que, entre otras cosas, nos da sensación de control y de seguridad sobre nuestras vidas. Sin entrar en desconsoladas disquisiciones sobre la realidad del tiempo y las ilusorias sensaciones de control, hoy me gustaría plantearles algunas recomendaciones que, desde la psicología más práctica, (esa que se cae de madura) nos llegan como “ideales” para la elaboración de objetivos bien formulados.

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Pero antes me gustaría distinguir entre objetivos a largo plazo como puedan ser; tener una familia, una gran casa, viajar alrededor del mundo, empezar y terminar una carrera y objetivos a corto plazo como bajar de peso, hacer deporte o dejar de fumar. Aunque los ideales de los que hablaba antes sean los mismos para ambos tipos de objetivos, parece que la frustración de unos u otros no va a tener la misma repercusión en nuestro estado de ánimo. 

 

  1.  Antes que nada, es importante comprometerse con uno mismo a cumplir con el propósito que nos hayamos puesto. Y es mejor no dar si quiera el primer paso si no estás comprometido al 100%. Es preferible que el objetivo se quede en la zona de los sueños hasta que no exista una gran determinación y voluntad de llegar hasta el final, momento en el cual empezaremos a poner la primera piedrita de nuestro camino.
  2.   Para empezar, vamos a ser realistas. No puedes plantearte hacer cima en el Everest sin oxígeno, sin entrenar y con un pulmón menos, o hablar inglés nivel nativo desde casa, sin esfuerzo y en un mes. Está bien plantearnos objetivos que nos supongan un reto porque superar dificultades y límites nos motiva y nos hace sentir vivos, pero vamos a mirar para adentro y reconocer nuestros límites antes de actuar, que las frustraciones están a la orden del día. 
  3. Para continuar es recomendable tener las cosas claras. Si no sabes bien lo que quieres, mejor no te comprometas, aunque siempre podrá ser una excusa que te aleje de responsabilidades aquello de; “si en el fondo no lo tenía muy claro”. Si lo tuyo es la peluquería, no te apuntes en un curso de bricolaje, y si eres alérgico al frío, no te hagas alpinista. Y si no sabes bien lo que quieres hacer, mejor no hagas nada hasta que te ilumine una luz o el hambre te apriete. Por ejemplo, si quieres hacer deporte, busca uno que te guste, no vayas al gimnasio si te masca o no salgas a hacer running si pasas la pena negra, solo porque esté de moda partirse el alma corriendo por el monte.
  4.  Es importante formular bien el propósito u objetivo. Esto quiere decir, que sea cuantificable y lo podamos medir de alguna manera. No vale con proponerse bajar de peso o estudiar un idioma, porque eso queda como muy en el aire. Especifica el peso al que quieres llegar y el tiempo del que dispones, así como el nivel de inglés que quieres conseguir, las veces en semana que asistirás y la academia donde lo aprenderás. Si quieres dar la vuelta al mundo, empieza un tiempito antes a ahorrar, estudiar la ruta, visados, vacunas, preferencias, etc…
  5.  Los psicólogos positivistas nos dirían que ayuda si lo formulas en positivo. Algo así como:
    1. - “Quiero llegar puntual a mis citas” en vez de “no voy a volver a llegar tarde nunca más”-
    2. “Voy a incorporar estos  alimentos sanos a mi dieta” en vez de “ no voy a comer más grasas.” 

También ayuda si visualizamos nuestro objetivo, esto quiere decir que podemos imaginarnos con el sueño cumplido y dejarnos sentir en ese futuro tan nítidamente como podamos. Esto nos va guiar hacia la dirección que queremos , así como nos puede motivar y dar aliento en momentos difíciles pero es importante no perder de vista que el camino se hace al andar.

¡Suerte en el camino!

Autor: Sergio Soto Medina